Ese día, con más angustia que nunca, veíamos le entrar tambaleante como siempre, oloroso a reverbero, los ojos aguados, la nariz de tomate y un paltó dril verdegay.
Los productores de tomate que no firman contratos de financiamiento con las empresas se llaman tomateros independientes y deben firmar contratos de venta con las compañías.